el pañuelo tiene que ser de finísima seda para que la suavidad de su tacto no delate unos escrúpulos inapropiados / tan fuera de lugar que podrían acarrear incluso dolorosas consecuencias / y ha de ser también lo suficientemente pequeño como para que pueda ocultarse con comodidad en los puños del vestido / de esta forma / cuando llegue su turno / lo interpondrá disimuladamente entre sus labios y el ojo del culo del macho cabrío en el momento del preceptivo beso del Sabbat / luego de regreso a su casa se encerrará a escondidas en el cuarto de baño para pasarle un agua / y dejarlo a secar toda la noche en la ventana al claro de luna / que espoleará su blancura y lo dejará listo para el próximo aquelarre /
(De El ave fénix solo caga canela)
(De El ave fénix solo caga canela)
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